Debe ser un privilegio
ser un poeta para niños,
notar su tierna amistad
limpia como el armiño.
Creer que el tiempo no pasa
como si fueras Peter Pan,
sentir que estás suspendido
en el país de Nunca Jamás.
Oír esos gritos chillones
que retumban en los oídos,
siendo aún tan inocentes
como el trinar de un pajarillo.
Creer en los duendes y hadas,
pitufos azules y gnomos,
pensar que en el mundo se ama
estando exento de enojos.
Quiero ser poeta para niños
que se sienten a mi alrededor,
con voces dulces me griten
¡cuéntenos un cuento señor!
Ver la alegría en sus rostros
limpia como los ángeles,
como la bondad que caracteriza
las almas a esas edades.
Quiero tener corazón de niño
para escribir cosas para ellos,
porque de esa manear soy libre
en este mundo tan siniestro.
Ser poeta para niños,
tener esa facultad
de ser infante de nuevo
y volver también a soñar.
Ignacio Alcántara-