Desde este árbol
Espiaba
aquí me hice amiga
de lechuzas y calandrias
jugaba con sus ramas
deleitaban sus brotes
mi cuerpo de niña
compuse con el aire
cantos delirantes.
Abrazada a su tronco
grito lloro
muerdo a los que quieren
talarlo.
¿Si la muerte siempre llega
por qué adelantarla?
Asesinos de la naturaleza
del juego de la infancia.
Miro al cielo
responden mis lágrimas.
Graciela Wencelblat-