Poemas

Guanaco Relincho

 Paró pata en la cumbre reinadora

y miró por el tiempo de sus hembras;

copó el viento, le puso contraseñas

y lo volcó en las cuestas azulinas.

 

De cogote cruzado con las nubes estuvo,

antojo de ser luz, pegado al cielo.

Corazón de algo grande parecía

diminuto en la mano de una peña.

 

Del alto nacedero de sus ojos, la nieve

colgaba derritiéndose para formar los ríos;

los pastos amarillos caían de su pecho

saltando las quebradas rumbo a las vegas verdes.

 

Y enhorquetó de pronto un eco en las orejas:

entre los farallones la piedrita movida.

Dio una vuelta en redondo, avizoró de frente

y así entró por el ojo de la carabina.

 

Lanzó un relincho azul, morado y negro;

le chispeó en el codillo abierta rosa;

sorprendido en secretos con su ángel

entró al revolcadero de la sombra.

 

Huyeron las guanacas por las crestas;

hilaron con su lana los abismos;

y la cumbre quedó sin corazón arriba,

como un grito en la nada, sólo piedra.

 

Jorge Leónidas Escudero-

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