Hay sobre la madrugada un vidrio opaco:
caminamos a tientas, en lo ambiguo
entre la tierra y el cielo: así creemos
que caminan también nuestros difuntos.
Quizás se esparcirá también la niebla
sobre campos y canales, contra el muro
verdinoso de la infancia,
entre los juguetes y el incienso de Rimbaud.
Es este humo de Dios como una llaga
que se percibe apenas con dolor: la pupila turbia
del milagro evangélico, quizás
un ojo lisiado de la mañana y de la vida.
Guillermo Pilía-
Guillermo Pilía es uno de los mejores poetas de nuestra lengua. Debería recibir más reconocimientos de la crítica y de sus pares, sobre todo en la Argentina, que es donde más se lo ignora. Su sitio http://www.guillermo-pilia.com.ar tiene visitas de todo el mundo y sus libros se pueden leer gratuitamente en la red.