Mi vida es un barranco, ya lo dije,
una zona desértica, una asfixia.
Un cable de alta tensión abandonado
al borde de un pantano de petróleo.
Pero llueve y veo caer todas esas gotas,
(todas y cada una, como hermanas
que me sonríen desde su alba líquida)
las veo estrellarse en las baldosas
o en los rostros mojados, en los árboles;
las veo golpear farolas y paraguas,
toldos, ventanas, autos, un buzón, unos bancos…
Y en el medio estoy yo. Mojándome.
A pesar de todo. Mojándome y pensando
que nadie puede arrebatarme
el placer de esta tarde y esta lluvia.
De Por si mañana no amanece
Sergio Barao Llop-