Poemas

Brindis

 Los lagares, las uvas y el momento

de encontrar en el jugo alucinante

un impacto, un hechizo, un duende andante

que disipe el glacial aburrimiento.

 

Lagares y manzanas; un invento

de la tierra, del sol y el palpitante

exprimido que aloja, exuberante,

el voto de un frutal aturdimiento.

 

Los lagares de Dios son un regalo

para el hombre, su sueño y sus albores;

y es la mujer la copa y el consuelo,

 

el elixir cabal del intervalo,

la que sostiene en todos los dolores,

porque es cabaña, sembradío y cielo.

 

Betty Badaui-

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