Poemas

La partida

Como un rey de este mundo perdido en las leyendas,

solo, con calculado silencio, señor de la nada

a quien despierta un alcatraz

al amanecer

entre la sal dormida un ala ardiente, un mensaje

deja caer una pluma caudal

y se hace la luz del otoño.

Pero, antaño, creedme, toda la mar lo sabe.

Estaba escrito sobre las olas tormentosas,

sobre los días de valor

está ya escrito,

con maderos y sombras verdes

en hexámetros el ímpetu y la perfidia—

con despojos de grandes navíos.

La historia no se ocupa y, sin embargo, aún

falta agregar la arrogante, mortífera obediencia

de la flota, cohorte de aves, bandada

o el espíritu sombrío y de tan alta condición

bramando entre los escollos

entre indicios de peste y malos augurios.

 

Blanca Andreu-

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