Cielo gris, espeso, triste;
fuente solitaria, Iglesia de la Compañía.
Cuzco amado y vencido;
llovizna que lava la estatua de Tupac,
como verde de amor prístino,
edad rebelde.
Después la muerte, el crimen,
puñales en el alma,
camino sin luz,
hondura de tristeza.
El silencio retumba
y se clava en mi nuca.
Peligro de muerte en el Retablillo
(¿dónde quedé yo?).
Dolor en nuestros ojos,
dignidad de altiplano.
(Siento tus latidos, Cuzco amado,
siento en mi sangre el Urubamba).
Fuente solitaria, Iglesia de la Compañía,
pena en los ojos collas.
(Yo te llevo, Cuzco, aquí).
Teja enmohecida, viaje al olvido,
balcón tallado, manos incas
bajo la maleza.
Estás ahí, silencioso,
como el Waina
Cecilia Bigetti-