Aguanta, corazón, por algún tiempo…
No recibas más penas ni más miedos,
que quiero darle a “EL” todo tu fuego,
osado como un cirio contra el viento.
Aguanta, corazón, otro latido…
No hagas caso al embate de los años.
Tus cansadas heridas yo restaño…
Mañana vendrá “EL” y has de estar vivo!!
Has de estar perfecto, reluciente,
como vuelto a nacer, inmaculado.
Te pondré en la palma de su mano
cuando estemos, de nuevo, frente a frente!!
Coraje, corazón, es la epopeya!…
El momento de gloria y de esplendor:
“EL” sabrá, al fin, cuán suyo es este Amor!!
Mi última aventura… y la más bella.
Silvia L. de la Cal-