Naciste cerca del Abasto.
Gardel te acunó con sus tangos;
cuando tus alas crecieron,
buscaste la Cruz del Sur como guía y la seguiste.
Llegaste a Comodoro Rivadavia,
trabajaste su tierra y fuiste petrolero…
Cumpliendo con tu patria llegaste a Río Gallegos
hace 33 años… y para siempre.
La Cruz del Sur, el cielo celeste y la nieve blanca
te recibieron con los brazos abiertos.
Tuviste dos retoños que crecieron
como flor de calafate; rogaste amor
y nadie te escuchó, pedías cariño
y el viento se llevó tus plegarias.
Llegaste a Dios en su momento justo;
apaciguó las aguas,
pero tu vida era un bálsamo muy grande.
Fuiste abanderado de los Hielos Continentales,
quisiste y luchaste mucho
por tu Santa Cruz querido…
Una mañana de octubre te llevaste el amor
que tenías para dar,
las ilusiones y proyectos que no supieron escuchar.
Pensabas descansar en Los Antiguos
con los cerezos florecidos
pero tu final fue Río Gallegos.
Tú quisiste, cuando llegara el fin,
que tus restos descansen en El Chaltén
con el cerro de custodio,
acariciándote el viento y la nieve.
Perdóname hermano por estar a tu lado
en ese inesperado momento…
Sé que ahora Dios está a tu lado… Descansa en paz.
Héctor-
Pingback: 26 de octubre de 2011 : : Cronica Literaria