Poemas

Por seis limones

Duele esta chatura
y la soledad de niño
donde gotea la lágrima irreversible,
de las cenizas de la llama
que apagó mi canto.
Duele esta agonía
que hunde en la tragedia
al niño-pájaro
que no puede tocar el iris de la luna.
Duelen las monedas que mendiga
cuando llama puerta a puerta
con ojos interrogantes,
ofreciendo seis limones.
Y hay silencios por respuestas.
Y hay respuestas de silencios.
Sólo alguien enternecido
le acaricia la cabeza,
y deja en su palmita
el metal de la desdicha.
Duele la miseria mía y tuya
de adultos sin grandeza,
que cegados y sin alma
no encontramos la vergüenza.
¡Cómo duele, tanta indiferencia,
en un mundo que le roba
sus derechos más sagrados!
Pero duele, duele mucho más,
su grito de presencia
sepultado en el olvido
insensible de los necios.

Víctor Hugo Tissera-

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