Después de tantas palabras vertidas sobre el camino
me doy cuenta que tu alma es de piedra,
mientras me falta aliento para seguir viviendo.
Nunca es tarde para despertar y rehacer otra vida,
me digo ante el refugio de la tremenda soledad
en la que muero cada noche sin consuelo.
Quiero resucitar una mañana y verme envuelto
en unos labios que me muestren la esperanza
y comenzar a dar los primeros pasos de la inocencia.
Es posible nacer a la poesía y contemplar
que lo que agoniza, en los odres del tiempo,
somos tu y yo y nuestro nido de pensamientos.
Yo guardaré el amor que por siempre te tuve
en mis habitaciones del alma
por si algún día quieres volver a reencontrarme.
Tú que conoces el verso y la palabra,
que un día formó parte de ti,
dame tu mano y vuelve a ser la musa que va conmigo.
Víctor Corcoba Herrero- corcoba@telefonica.net