Que leyenda el petizo Biscarreta,
hoy un mito su estampa de cafiolo,
jetra claro, lengue, lompa, polo
de javie profesión de proxeneta.
Sin embargo fue piola y su pebeta
enroló las pasiones de un pipiolo,
y una noche cualquiera, alma de trolo,
lo junó, en pleno centro, a Biscarreta.
Le disparó en el pecho, vil ofensa,
sin dejarle un respiro a la defensa
de un macho que cayó sin una queja.
Yo estuve en el velorio, concurrido,
de un cafiolo acaso bien querido.
De adiós, el beso tierno de su vieja.
Poema en lenguaje popular lunfardo, del libro En lunfa (agosto 2008)
Rodolfo Leiro-