¿De dónde llegas miedo que da lástima
el rictus que traes de tanto miedo?
Del espanto vuelvo y entender intento
por qué el hombre en sí tanta insidia amasa.
Vengo del esperpento y me rebasa
por qué el hombre destroza todo aquello
que le es ajeno o no cuadra en su cieno.
Del caos que causa en todo cuanto abrasa.
¿Y a dónde vuelves miedo que da miedo
lo abatido que partes? A lo ignoto
corro, a engendrarme en ser tan pavoroso
que cause en el hombre el mayor tormento.
Lejos de él y la miseria que instiga
ansío ser. Donde la luz mitiga
su presencia. Ser donde no den miedo
las razones del hombre por causar
la aflicción donde su mirada fija.
¿Queda acaso lugar no descubierto,
frontera última, donde se logre estar
a salvo del miedo que el hombre anima?
Javier Cabrera-