Hay senderos no recorridos;
los hizo la naturaleza
a su propio deseo.
Recorren sus entrañas
que, quizás nadie verá.
Son lógicos, inocentes,
peligrosos, fortuitos.
En su trayecto
se respira su alma,
se exhala calma.
Algún ser vivo
ha palpitado esa huída.
No hay huellas,
sólo surcos pequeños
que corren y atraviesan
como venas.
Nada recuerdo de ellos;
ellos no me contienen.
Somos paralelos.
Luis Camacho-