Cuanta dicha,
aún en las hojas caídas
que sirven de manto
a una nueva ilusión.
Siempre, después del invierno
hay otra estación,
al nacer la luz de la vida
donde otra se apagó.
Vas llenando de luces tu alma.
Cuantas veces caí,
y la poesía me levantó,
cuantas veces lloré derrotado…
y volví a sentir.
Poemas del amor;
un árbol destrozado,
el perfume de una flor,
las olas insistentes,
una luna y su dolor.
Una lágrima y un verso,
las flores del pasado,
una estrella destrozada,
un amanecer intenso.
¿Y el amor?
¡Caminando!
Mario García Montalbán-
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