El sauce está triste
no por ser llorón.
El carrusel dejó de girar.
Los niños ya no juegan
en el parque.
El avión, el corcel, el cisne
y hasta Dumbo
están muertos.
Ahora el parque de mi barrio
ya no escucha sus risas.
Todo es verde, luces,
cámaras grabando,
policías de custodia.
Vivir el espanto.
Ya los niños no juegan
en los parques.
Norma Padra-
Pingback: 27 de enero de 2016 : : Cronica Literaria