Lo imposible
invoca desafíos en los amaneceres.
Llama a las puertas atentas de mi futuro
y abanicos sentimentales
estallan en fragmentos grisáceos
abiertos al color.
Lo inseparable
queda pegado a sábanas interminables,
a mi cuerpo inquieto,
encontrando
aperturas sonoras.
Lo inmutable,
piedra y cielo
en juicio sumario,
elimina
todo resto de pasado.
Mientras,
canto amores desavenidos
y, en primavera,
vendo eclipses nupciales.
Saludos alboradas lujuriosas
y delicados jazmines
anticipan mi presencia.
Del libro Jugar con ella, Editorial Grupo Cero
Jaime Icho Kozak