Un murmullo de voces cansadas
surca los muros de mis sueños.
Arrasa memorias que dormitan
en la quietud del tiempo.
Allí donde el amor y el dolor se confunden,
me regalo un instante
para mitigar ansiedades…
Y esbozo una plegaria
implorando razones.
Lacerada de preguntas,
vacía de esperanza,
suplico desterrar rencores
que lastiman mi encierro,
mientras intento perdones.
Alicia Borgogno-
Pingback: 10 de febrero de 2016 : : Cronica Literaria