“…el delito, como la locura, es un fruto de la simplificación y de la deficiencia.”
De la novela “Los que aman, odian” de Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares
Los frutos de la simplificación y de la deficiencia
suelen provenir de obstrucciones anímicas
camufladas con alharaca y chamusquina
racionalistas
El dogmatismo de sapientes, sabihondos, suicidas y analfabetos
con su inercia querulante
fomenta la compulsión detractora
demente tanto como
delincuencial.
Rolando Revagliatti-