Poemas

El sol y los álamos

Y el sol de la tarde,
como un cuenco de rayos
púrpura, reclinado
sobre el horizonte
del silencio.
Los álamos
que reposan y bordean
el camino
parecen invocar acaso
lo imprevisible.
El sol y los álamos
dialogan: en algún atajo
perdido el cuerpo reposa.
El alma inquieta se pierde
como una mariposa
que arrastrase la brisa.
y comienza otro viaje.

Oscar de Gyldenfeldt-

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