Cerrada noche y silencio.
Horizonte que detiene
el paso del alba.
Flores negras en el aire
sobre la flotante
capa del peregrino.
Desnuda angustia
de lo más íntimo surgida
y el clamor de las voces
en el rito que conjura
una esperanza no nata.
Oscar de Gyldenfeldt-
Pingback: 16 de marzo de 2016 : : Cronica Literaria