Poemas

Cambio de nombre

En la encina del llanto, te lloro,

Carlos, por lo que permanezca de tu recuerdo.

En mí enlutezco y doy a ti lo que es tuyo

(no digas que algo se guardó con falsía).

No. Hoy todo lo entierras tú mismo.

Eres como el ángel-rostro que pelea conmigo.

 

Torcido está tu muslo.

Falta que cambie tu nombre y geografía.

Que te ofrezca la serpiente y las palomas

con sus hojitas de olvido.

 

Observa en el firmamento mi pacto perpetuo.

Eleva tus ojos a la bendición y no creas que mi golpe

es duro o mi separación para siempre

porque no te llamaré más Carlos

y vas al río del olvido. Él tiene que morir

y tú, sin ese nombre, comenzar de nuevo

desde el sepulcro que le doy.

 

El huirá del hermano que lo busca para aniquilarlo.

El sabe que el mundo es ingrato desde su falaz fraternidad;

pero yo no huiré de ti ni conmigo, ante ti,

es que tú huyes. Nos peleamos gratamente fieles

sólo por cosechar el fruto de otros nombres

y escribir otros versos ignorados

en la nobleza de algún porvenir.

 

En la encina del llanto, mutuamente invocados,

yo te lloro por un rato, pero quiero

que estés conmigo. Yo sólo te cambio

el nombre para que sea posible en Canaán.

 

De Teth mi serpiente

            Carlos López Dzur-

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