En medio del desierto sólo ha quedado un árbol
que la brisa ahora llora por despreciarla el viento
la rosa abandonada en la tapa de mármol,
el mar sin una ola, así es como me siento.
Un gorrión que tropieza por no encontrar el nido,
la frágil mariposa que cae inerte ya,
la paloma que vuelve pero todas se han ido
meciéndose un columpio que sólo viene y va.
La tierra que padece sedienta por la lluvia
la voz allá de un niño que amargamente llora
un anciano al que nadie le escucha su penuria
voces que creo escuchar, pero no, estoy sola.
María Luisa Fernández-