Después de quedar sin nada
lloraba sin cesar
como mi vida poco a poco
se fue degradando en aquel bar.
Años de noches vacías o
tontas orgías, tragos pagados
o regalados y así regalé mi vida
a aquel bar.
El vicio cobraba vida con osadía
no respetando la mía en
estúpidos juegos al azar.
Hoy me he quedado sin nada
en ruina total y hoy me han
cerrado la puerta de aquel bar.
Manuela Fiol Aranzola-