Poemas

Balance

A los treinta años, Alberto, dueño de un frigorífico y hombre de familia, decide hacer un balance de su vida coincidiendo con el cercano fin de año.
«Vos tenés una vida, no una empresa. ¿Balance de qué?”, le digo.
Días después me lo encuentro. Se lo veía mal, como envejecido diez años en diez días.
“¡Ariel! ¡Tenías razón! ¡Hice un balance y terminé en convocatoria de acreedores! ¡Mi vida es un lío!”.
Pasa el tiempo y a los cuarenta años Alberto decide hacer otro balance de su vida. “Ya sé lo que pensás -me dice- pero todo va a estar bien”.
Cuando lo volví a ver, tenía un sobre para mí en una mano, una pistola en la otra y los sesos estampados en la pared de su oficina. Abrí el sobre y leí la nota: “¡Ariel! ¡Me pidieron la quiebra!”

Ariel Suárez-

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