Aquella tarde en que audaz se cruzaron
tu mirada con la mía… busqué en sus pupilas
y me encontré con la tibieza de tu cuerpo
quise entonces sembrar tu piel en besos
y desnuda ver como florece en tus senos… el deseo,
despertar tu dormida boca en gemidos
y sentir arder tu cuerpo en suspiros.
Me sumergí bajo tu piel y encontré tu alma
quise buscar en tu alma y ataste tu corazón…
junto al mío, pero…
Me enseñaste que el amor es libertad
que es romper con todas las cadenas
gritar que es amor, aún en silencio
que es deseo sembrado en los labios,
y pasión guardaba en las manos.
Que son sueños escondidos en caricias
o el beso de la brisa de una tarde de abril
la dulzura de una promesa de amor
la esperanza pintada en el color de unos ojos
o la felicidad sólo en un nombre, encerrado.
Juan José Bravo-