Siempre que vivo para ti “amada poesía”,
y navego en esos mares impetuosos de la vida,
el tiempo se me vuelve alas.
Alguna vez te dije que eras el alma
de todos mis suspiros?
Tú existes dentro de todos los espacios;
frente a todo eres mi escudo;
jamás dañé a algo con tu espada.
Tú pones a mi servicio tus corceles
para que yo galope en cualquier superficie.
Cabalgas a mi lado
y eres el compañero más fiel.
Te amo,
te admiro y te sigo hasta donde me lleves;
si he de caer, caeré contigo,
donde sea y en cualquier momento.
Conozco tus maravillas
y tus poderes son tan hermosos como
la misma eternidad.
Lázaro Machado Ávila-