Poemas

Santuario

Hay un lugar sagrado (el corazón humano)

repleto de demonios y arcángeles y vísperas,

repleto de cadáveres y niñas de ojos negros

que invitan a la vida.

Un palpitante santuario carente de sacerdotes.

Un templo misterioso lleno de extraños ritos

que acaso asustarían a los posibles visitantes.

Mas aquí no hay turistas ni peregrinos;

es un lugar callado y solitario

cuyas puertas se entreabren muy raramente

a vientos desconocidos.

Ocurren entonces fenómenos inexplicables,

como la floración y la música

y el vuelo de gorriones y de alondras y musas.

Pero al final de la estación

la puerta termina por cerrarse

con un sordo chasquido

y todo cesa.

Excepto la desconcertante salmodia

que va retumbando por todo el ámbito

de la catedral en llamas.

Del libro El Rostro prohibido

 

Sergio Barao Llop-

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