No me explico arroyito, por más que en ello pienso.
Cómo naces, pasas y mueres, en el mismo momento.
Y cómo es que tus aguas, brotan por entre hendiduras,
en igual cantidad y siempre limpias, cristalinas y puras.
Arroyito ¿A qué lugar van tus aguas a parar?
Al final, se confunden con las saladas del mar.
O se conservan dulces, para de nuevo brotar.
En lejanas fuentes y al otro lado de la mar.
¿Seremos los humanos, como son los arroyitos?
Una gota, del eterno río de la vida ¡Un poquito!
Que corre, por el cauce de los siglos y al morir.
En ignoto mundo, nacemos y ¡Volvemos a vivir!
Rolando López-