¿Cómo capitaliza Dios su ahorro
si dinero no tiene en el bolsillo?
¿Será que lo hace como el viejo grillo,
que al comenzar su canto saca un gorro,
en el que cada hormiga o abejorro
le deposita, en verde o amarillo,
un trozo de su dulce panecillo
para saldar la deuda? Pero el zorro
es más vivo. Mirando al cielo sabe
qué moneda es vital en la fortuna.
Por eso ahorra el brillo de la luna
para poder salir de cacería.
No es lo mismo de noche que de día,
porque de ella depende. Es la clave.
Laura Beatriz Chiesa-