Sucede hoy que vuela el pensamiento
hacia tí con fuerza desmedida,
que me llena de orgullo e intimida
pues es este pensar cual llama al viento.
Callado, es la tormenta aventurera
que en calma se prepara para el riego,
buscando su lugar justo, en el cielo,
para luego descender en tu pradera.
Hoy me visto de lluvia para amarte,
agua pura que lave cada herida,
que caiga en tu piel reverdecida
y anegue toda ella hasta saciarte.
No tengo claro el día de mi muerte
y veo oscura tu ausencia si estoy viva.
Es ésta mi sentencia establecida:
en tanto exista un «hoy»… QUIERO TENERTE!
Silvia L. de la Cal-