Quién sabe cuántas
dejaron su rumbo en esta humedad
solas de a dos de a dos pero solas o en multitud
llevará de ellas cuenta la arena
las anotará en el viento
o en las olas que sazonan de salitre la orilla
qué lugar de la lista ocuparan las mías
cuántos hombres se hundieron en esta orilla del mundo
y cuántos en la de enfrente
porque todos acabamos hundidos
en la frustración en la soledad
o en la estúpida ratonera de felicidad que nos forjamos
éstos aunque lo ignoren
están jodidamente hundidos
viven sumidos en el cuento instituido
y de tanto agregarle ripias
lo han vuelto tan denso que la luz no lo atraviesa
porque no es luz lo que ellos creen hay dentro
es nada más resplandor de aureolas
producto de apretar con fuerza los ojos y el culo
para ceñirse a sus tronos mezquinos
lo terrible es que su andar a ciegas
deja huellas aspaventosas
como estelas genéticas en la superficie de la vida
-herencia free question-
y ya son demasiados y sus pasos
se abigarran por suelos sangre pantallas corazones web inconsciencias
y no queda una puta isla donde estar a salvo
donde hallar pasos honestos y lúcidos
que no conduzcan al santuario del vacío total
una isla en la que tu huella serena
diga a quien se detenga a observarla:
oye, estuve aquí y lo intenté
y cuando erré –que fue mucho- traté de no pisar a nadie,
si quieres, antes de que la arena olvide, sígueme.
Estarás muy solo sí, mas distinguirás tu huella.
Ernesto Ramírez-
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