El viento mueve la puerta,
empuja queriendo entrar.
El viento sufre de frío,
busca el calor del hogar.
Dicen que el viento que silva
entre los ranchos al pasar
se lleva las almas buenas
que Dios le mandó a buscar.
Yo digo que el viento sufre
su destino de orfandad,
siempre pasa de largo,
nunca se puede quedar.
Viento de mi Patagonia
que encrespas las olas del mar
eres ejemplo de vida
y amor a la libertad.
Ernesto Allende-
Pingback: 18 de enero de 2012 : : Cronica Literaria