Poemas

Canción de la brisa

A mi hija

 

Fue un largo viaje.

Dormía.

El amanecer dibujaba sus primeras líneas

y poco a poco la claridad se hizo más nítida.

 

Sarah y yo bajamos a respirar,

andando entre las sendas de aquel lago,

regresando a los bosques lejanos

de otros días.

 

Sentí ese silencio lleno de rumores

entre las montañas nevadas y frías.

Desde remansos escondidos

los almendros rosados de febrero

cantaban su propía melodía.

 

¡Qué perfume a miel!

¡Qué ternura en la brisa!

 

Nos sentamos en el lecho de flores,

que cubría la tierra de la vida.

 

Las ramas lentamente se movían

y los pétalos del invierno,

se alejaban en el azul oscuro

de las aguas tranquilas.

 

Apoyé mi rostro sobre el hombro

de Sarah y recordé

la alegría de verla crecer,

tan sana y altiva.

 

Se que en mi interior también comienza

una nueva vida.

 

Las flores en contraste con la nieve,

me susurraron esta poesía.

 

Marian Vanderlest-

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