Recuerda en la distancia y evoca aquellas experiencias que sentiste terribles, limitantes e infinitas.
Recuerda cuantas veces, teniendo las respuestas te ahogaste en un vaso de agua. Hoy, traídas al presente esas vivencias seguramente resultan insignificantes. Tan insignificantes que ya ni detalles recuerdas.
Hoy y ahora piensa en eso que perturba tu mente y vuelve a pensar… ¿tan terrible es de verdad? La perspectiva es tu aliada.
Ella te permite entender la real dimensión de las dificultades. ¡No hagas un drama por todo! Pues todo pasa y lo que no… no se puede remediar.
Carlos Urquiza-