Poemas

Encaje

Tan resbaladiza la espina

 

pero pude atraparla

y la arranqué sin respirar.

Con un extremo perforé el papel

de la misma manera

que para hacer encaje de bolillos.

Jugando conmigo como con otra

me fui distrayendo de mí y eso me calmó.

Clavé de nuevo la espina para cerrar un punto

y se hizo el silencio.

 

Voy a encimar las hebras

y cruzaré las manos en el sitio del dolor.

No sé por qué presiento

que no lo dejarán cicatrizar.

 

Isabel Llorca Bosco-

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