Poemas

la sangre, comarca de revelaciones

no acierto con la extremada plenitud de la agonía

que me condena a la paciencia: lazarillo impávido

voy ladero de la muerte al borde del barranco de tu cama:

mi fe avanza impune por todos los rituales

y se evapora como caldo envenenado.

 

entonces, cuál es nuestra grandeza, Señor?

cuál es la Tuya?

lo peor es no morir ahora

no todavía.

 

Del libro La mirada sonora

 

Alfredo Luna-

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