Poemas

No estás sola: yo te pienso

Los paisajes que alguna vez habitamos,

huyeron en alas como espejos.

 

Los rostros que nos condensaron contra la niebla,

en casas que no habitamos, en sus puertas

como trampas del exilio, giraron en imposibles marcas.

 

Se desvanecieron en el temblor físico del verso,

transformaron extrañamente las distancias

en que se acumularon paisajes diversos

que nos trajeron a los días actuales.

A depósitos donde se acopian telones de escenarios ciegos

donde el destino desborda la memoria, despliega

absoluciones y condenas.

 

De lugar a lugar, de hijos a nietos,

de encuentros a desencuentros,

allí donde nos comunicamos

en huracanes del sueño y la demencia.

 

Te pienso, porque te amo.

 

Combinaciones de lejanas nubes y territorios

en recintos plenos cuando yo no sabía

de la estirpe de los ángeles y dinastías de la espuma,

dividida y multiplicada en tiempos que no se olvidan

porque son nuestra propia y ajena vida.

 

Pájaros de equinoccios unidos por la fisura del adiós.

 

Parentescos tramados sobre bocas en bordes de abismos,

oquedades vueltas a colmar aéreas construcciones de palabras,

al tiempo que nos recuerda que alguna vez nos unimos sin preguntas.

 

Y allí aprendimos, frente a las piedras que permanecieron durante siglos,

que se ama sin saber.

 

Jaime Icho Kozak-

 

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