Tu voz agita las fibras más sensibles de los ángeles
¿Será por eso que tiene el color del lamento del alba?
Es lúbrica caricia a los oídos de los hombres más loables
Es tonada de arpa entregada a la más suave romanza
Y… aunque a mí nunca me hables…
¡Me exalta!¡ me provoca!¡me apasiona! ¡me entusiasma!
Saúl Ignacio-
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