Poemas

Don Simón

Mientras sirvo un café que vibra humeante

añoro las revistas y al diarero

que esperaba a su nieta, verdadero

encuentro de ternura de un gigante.

 

Mientras sirvo este vino, un espumante,

placer del paladar y compañero,

el redoblar, distingo, tesonero,

que vuelve a mi substancia, palpitante.

 

Y no exige de mí más que un acuerdo

con perfume a magnolias compartidas,

robadas de algún árbol complaciente.

 

¡Yo qué puedo ofrecer!, sólo un recuerdo

del corazón con flores detenidas

en recovecos áureos de la mente.

 

Donde mora un abuelo, simplemente.

 

Betty Badaui-

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