Poemas

La Luna de los sábados

Lejana, displicente…

la luna navega sobre las azoteas.

Temblor de perla.

Etéreo resplandor

sobre el smok de las paredes.

Prodigio en soledad

que lastima de pureza

los ojos de unos pocos.

 

Con languidez de alabastro

finge ignorar su destino de diosa.

Por las madrugadas

anda descalza y despeinada

recogiendo en la oscuridad

la penas de los hombres

y el desgaste del orbe

en una red de hilos argentados

que los gatos vagabundos

también fingen no ver.

 

Mari Betti Pereyra-

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