Poemas

Día tras día…

Día tras día llamo a las puertas de tu alma

peregrina para que me des a beber

la dicha o tal vez la amargura

que en ella esté tejiendo su oleaje

misterioso. Quiero compartir contigo,

sorbo a sorbo, tanto la grandeza

como la miseria de la vida

humana. De esta vida que, cuando se vive

bajo sus silbos codificados o sin clasificar,

nos acuchilla de angustia y dolor siete

mil siete veces más que nos besa el gozo.

Pero tus puertas permanecen siempre cerradas.

Fuera hace frío y hay hambre.

Ésa que nunca retrocede.

Llamo y llamo. Tengo tiempo de sobra,

Pero, cuando oigo decir a mi alma:

“¿Qué le importa al día

la llegada de la noche? ¿Y al cielo

el alboroto de la mar?”,

prosigo mi camino para volver mañana

de nuevo. Quizá mañana sí le interese

a la primavera mi verso

y su ansia de compartir el mismo canto.

 

De Confesiones al alba I

Carlos Benítez Villodres-

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