Poemas

Yo ya me decidí…

Yo ya me decidí.

Y decidí los nardos y las calas.

Me decidí por ti.

Por ti he conjurado el peligro

de las emigraciones

hacia este faro en la montaña,

desde donde estamos oteando

esta ciudad inmerecida.

Y decidí por mí

escoger tus besos como la última sangre

de tantas estaciones.

Sé bien que me esperabas aunque a veces

te lanzaste a las sombras

desde los más duros acantilados.

Yo me decidí por ti, pequeña agigantándose

entre mis poros

y los verdores lúdicos

de estos amaneceres en tu piel.

Vine por ti, y como no tenía

adónde llevarte con mis fardos y mis poemas,

me asilé aquí en tu sala,

en tu colchón de briznas espontáneas,

y sueños y delirios,

en tu patio, en la ventana que hiciste

para seguir la luna,

sobre las tapias y el naranjo,

sólo conmigo.

 

Yo me decidí por ti.

Clavé mi lágrima

de tanta inconsistencia,

como un puntal de sed,

como un remo salvándote y salvándome

de todas las aspas astilladas del pasado.

Yo te decidí, yo me decidí.

Ya vine predispuesto ante tu abrazo

a ser mojado por todas tus ventiscas,

a ser alzado por todos tus oleajes,

a ser de pronto sólo

un camino que estalla rasgando las estrellas,

en tu cauce que a sus anchas siempre restablece

mis más altos crepúsculos de fe.

 

Ronald Bonilla-

 

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