Poemas

Rito

Celebramos nuestro rito cada día

adorando a nuestro dios rectangular.

Rendimos culto a una pantalla

o a las fugaces sombras que la habitan.

 

Reímos a la hora de la risa,

lloramos cuando el llanto es la consigna,

nos postramos ante el último profeta

salido de las entrañas de un sohwtime

y adoramos sin mesura la sublime palabra

de modernos predicadores con corbata

que nos hablan de los muertos convenientes,

de los que son noticia, de aquellos que no mueren

en oscuras callejas o al borde de una idea,

de aquellos que no caen de un andamio

ni llenan sus pulmones de inmundicia

en el oscuro fondo de una fábrica

o en los túneles ciegos de una mina.

 

Pero también esos cadáveres anónimos

que mueren día a día sin violencia

en el turbio corazón de la metrópoli

son una herida en el alma de las nubes.

 

Y canto por los muertos que se miran

el rostro cada día en los espejos;

canto sus ojos graves, resignados,

su desencanto crónico, su antiguo

cansancio que no cesa.

Yo canto por los muertos

de los que nadie habla, los anónimos

silenciosos fantasmas ambulantes

que no siembran estelas ni levantan

murmullos a su paso, los que venden

su tiempo en una esquina, los que callan

y dejan que la vida les aplaste

sin un grito ni un gesto ni una lágrima.

 

Sergio Barao Llop-

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