Ella compra un ticket sin destino
sube al tren del andén once
en el asiento 41 suelta la crisálida
que encerré en el cenicero hace años
cierra los ojos
y cuando los vuelve a abrir
la vieja del poema de Lawrence Ferlinghetti
sigue diciendo:
mia mascotta, mia mascotta
mientras por la ventana aparece una cabaña
al borde del mar
envuelta en miles de mariposas amarillas.
Andrés Bohoslavsky-