Al final del ojo celeste
sobre las bóvedas de oro
la incertidumbre mora.
Sometido a su ley,
a la intemperie de soles negros,
sombra del cuervo
o zafiro
la incertidumbre resplandece.
Apoyo mis pies abstractos
sobre los juncos oscuros,
rozo las cornisas del abismo,
la brisa del oriente alucina,
trae cánticos de ángeles caídos
que alaban su lenguaje de grietas.
En la vastedad del silencio medito.
Extraña dualidad,
amarla y temerla.
Rabí de las manos traspasadas,
indefenso
quiero hacer pie,
plantar mis banderas
en las planicies de los sueños,
hazme llegar a zonas de indulgencia.
(Primer premio de los Juegos Florales de Los Poetas del Encuentro de Villa Ballester)
Elena Caricati Pennella-