Un día como hoy cada hombre fue universo
y el mito gobernaba las estaciones de la tierra.
Lo que era dios y lo que eran hombre y animales
y todo lo que no nombro,
guardaban sus distancias y acercamientos iniciales.
Dios se hizo hombre y el hombre se hizo dios,
y el encanto que los reunía
se disolvió en explicaciones sobre los dos mundos.
Un día el barro moldeará de nuevo
sus criaturas de alfarero iluminado.
El que abra los ojos abrirá los cielos,
y verá nuevamente el vuelo errante de todo lo creado.
En un trozo de ámbar
puedo sentir el tiempo encapsulado en sus misterios.
Esto es el hombre digo,
estas las voces secretas de la tierra.
La vida
está encerrada nuevamente
dentro de la vida.
Héctor Berenguer-