Poemas

El poder de la juventud

No escuchéis esas voces de hierro

oxidado, paridas por restos de naufragios,

ni imitéis esas olas desbancadas

de los que ya han recorrido

gran parte de sus órbitas

por los cielos de la más espantosa monotonía.

Huid de los ríos

que a ser ríos se conforman;

de los que esperan, empapados de mediocridad,

la llegada de la primavera

para contemplar de nuevo las flores;

de los que nacieron o se hicieron montañas

y siempre ven el mismo sol.

Huid de los pentagramas y de las fronteras,

de los cajones cerrados,

de los caminos ya abiertos,

de los jeroglíficos de signos sabidos,

de las olas perezosas…

El mundo es vuestro.

Moldearlo y habitarlo

desde el amor y la libertad.

 

Del libro Cada ola tiene un nombre, incluidos “Siete poemas galegos” en edición bilingüe. I. Montes. Málaga, 1996

Carlos Benítez Villodres-

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