Poemas

La casa

Cuando el silencio cierra las puertas

viejas culpas reescriben lo que el ruido calló.

El porfiado animal me cobija con un solo pulmón

de sus cimientos, mientras la nostalgia absorbe

en entretelas su propio imaginario.

Las ventanas renuevan el aire

para dejarlo todo donde el tiempo

abarata las cosas

y cada uno lea su ficción como puede.

La casa, animal que alcanza a respirar

con hábitos, manías,

se esfuerza en resistir.

La señora a las sombras entre paredes altas

y rasgadas como un niño que hereda la tristeza

que esconde los tesoros en la demolición:

el mantel salpicado de festejos,

el vestido que no estrenó para que no se moje,

los ecos en el coro.

El animal oculta un sótano de ojeras.

Las lluvias de la época gozan con los desprevenidos.

 

Elena Garritani-

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